sábado, 5 de octubre de 2013

POR QUE Y PARA QUE ENSEÑAR CIENCIAS

¿Por qué y para que enseñar ciencia?




Queremos ofrecer al profesorado de educación básica una mirada vigente del campo de educación en ciencias, que le permita tener elementos de reflexión respecto a por qué y para qué enseñar ciencias en el siglo XXI que va más allá de los conceptos y teorías. se plantea la formación de pensamiento crítico en las y los estudiantes, que les permita tomar decisiones fundamentadas y responsables respecto a temas de interés social; principalmente acerca del ambiente como el calentamiento global y el cambio climático, la salud como la obesidad infantil en México y el mundo y el uso de la tecnología.

Partimos de dos premisas fundamentales: la primera es que asumimos que la ciencia forma parte de la cultura construida por las mujeres y los hombres al paso de los siglos; por lo tanto, concebimos a la ciencia como una actividad humana que conlleva una serie de valores asociados a ella. La segunda es que al escribir sobre educación en ciencias nos referimos a un nuevo conocimiento científico, al que consideramos “la ciencia del profesor de ciencias”



El objeto de estudio de esta “ciencia del aula” es más amplio que el que se otorga de manera tradicional a la “didáctica”, que supuestamente se ocupa sólo de las estrategias de enseñanza. Particularmente en nuestro país, la didáctica de las ciencias ha sido hasta ahora sinónimo de metodologías de enseñanza y, por ello, nuestra intención de superar esta conceptualización y destacar la importancia de diseñar la actividad científica con un objetivo educativo explícito.

La ciencia para todos debe proporcionar a los alumnos la experiencia del gozo de comprender y explicar lo que ocurre a su alrededor; ha de ser el resultado de una actividad humana racional la cual construye un conocimiento a partir de la experimentación, por lo que requiere intervención en la naturaleza.



1.1 Educar en ciencias: para la vida y la ciudadanía



Vivimos en un mundo bombardeado de información que apela a la cientificidad de sus contenidos a cada momento. Ya sea por Internet, televisión, prensa y la radio, entre otros medios, nos enteramos de nuevas enfermedades, de medicamentos para bajar de peso de forma mágica, curiosamente, escuchar que un producto ha sido “científicamente probado” vulnera nuestras defensas intelectuales y pocas veces se duda en comprarlo y usarlo.

Es común pensar que enseñar ciencias implica sólo exponer teorías y conceptos acabados. Rara vez tenemos en cuenta la formación funcional que proporciona la enseñanza científica, o su importancia como conocimiento de una cultura general imprescindible para que una ciudadana o un ciudadano entienda asuntos de trascendencia social y personal importantes, como: qué tanto pueden afectarle el cambio climático, los alimentos transgénicos, la utilización de las células madre, entre otros.



Los últimos proyectos curriculares han coincidido en que hay que educar en ciencias para el ejercicio de una vida responsable ante el medio ambiente, para el ejercicio de una vida pública informada y responsable para la sociedad, y para el ejercicio de una conducta responsable con uno mismo y los demás seres humanos.

Objetivos más específicos para la educación científica a lo largo de la escolarización y del aprendizaje



• Para los niños de edad intermedia: desarrollar una curiosidad más específica sobre cómo funcionan las tecnologías y el mundo natural, cómo diseñar y crear objetos, cómo cuidar las cosas, y un conocimiento básico de la salud.

• Para la escuela secundaria: abrir todos un camino potencial hacia las carreras de la ciencia y la tecnología, proveer información sobre la visión científica del mundo que es, de probada utilidad para muchos ciudadanos, comunicar algunos aspectos del rol de la ciencia y de la tecnología en la vida social, ayudar a desarrollar habilidades de razonamiento lógico y complejo, y el uso de múltiples representaciones.



1.2 Educar en ciencias: la ciencia como actividad humana y como cultura



Alienta la formación de valores en el ser humano relacionados con la forma de actuar, de argumentar y de comunicarse de la actividad científica. el profesorado reconozca que la ciencia hace parte de nuestra vida diaria y, por lo tanto, les proporciona a los estudiantes elementos para participar con fundamentos y argumentos “científicos” en la toma de decisiones.

en la actualidad vivimos en un periodo en el que la ciencia y la tecnología son consideradas

como los factores que más influyen sobre el rumbo de nuestras vidas, lo que implica un mínimo de comprensión de los términos y los conceptos científicos, a educación en ciencias, inscrita en esta nueva dinámica cultural, nos reta a pensar nuevas propuestas curriculares en las que se reflexione acerca de las relaciones entre la ciencia y su conocimiento público, y del desarrollo de habilidades para la toma de decisiones relacionadas con problemas sociocientíficos.



La educación en ciencias va mucho más allá de la idea tradicional de enseñanza de contenidos/conocimientos, aunque no pueda prescindir de ellos; por lo tanto, los contenidos deben escogerse con cuidado, seleccionando aquellos que sean racionales, razonables y “de alto nivel”. Un aspecto importante y bastante desconocido de la actividad científica y de la cultura es el lenguaje, el cual es más que un instrumento para la comunicación.

Es acción que se desarrolla en el seno de una actividad humana concreta y que proporciona palabras con las cuales construir relaciones y entidades. Así, el lenguaje escolar utilizado desde preescolar hasta secundaria también puede ser mucho más que descripciones y definiciones de algo que “la comunidad científica ha dicho”; es evolutivo y cambia a medida que lo hace la actividad científica, y proporciona recursos para argumentar e interaccionar y no sólo para afirmar “cómo es el mundo”. Aunque durante mucho tiempo se consideró que el lenguaje y la ciencia eran independientes, es mediante la generación de lenguajes adecuados que se socializan los conocimientos. Por lo tanto, educar en ciencias implica enseñar a “pensar”, “hacer” y “hablar” o a “comunicar” sobre los sucesos del mundo natural.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario